viernes, 16 de marzo de 2018

EL CENTENARIO UNA OPORTUNIDAD PARA CRECER


PALABRAS PRIMER CONSEJO PROFESORES /  AÑO 2018


                                 CAPELLÁN ST.PETERS’S PADRE JAIME HERRERA GONZÁLEZ

Para toda persona e institución el hecho de cumplir cien
años es visto como un logro. Es un bien escaso en todo orden de cosas, porque para lograrlo se requiere que confluyan una serie de factores. Entre las propiedades matemáticas se asegura es un número abundante, en el aspecto lingüístico dice relación con la abundancia de algo.

No se trata sólo de cumplir años sino que la gracia consiste en cómo se cumple cada uno, el centenario es la suma de una tarea que se cumple cotidianamente. En la cual intervienen múltiples personas, que con largos o breves periodos, con bonanzas y privaciones  han hecho posible que se cumpla un centenario.

Esto es motivo de celebración. La Iglesia celebra cada veinticinco años  el Jubileo de la Redención, lo cual nos ayudará a descubrir qué lecciones y qué aportes podemos hacer con ocasión de este tiempo tan particular que hemos iniciado.

Sin duda, pueden y deben darse signos visibles, concretos dirán algunos, en torno a esta fecha: emblemas, inauguraciones, ceremonias, reconocimientos, galvanos, medallas, logos, actividades,  y diplomas. La vorágine del activismo llevado a su máxima expresión puede desviarnos del centro de lo que celebramos cual es la permanencia ininterrumpida de la misión asumida desde hace un siglo atrás, lo cual constituye  un don y una tarea a la vez.

En la medida que ambos elementos vayan de la mano podremos tener una celebración completa, que servirá de impulso para que culminado este año podamos comenzar a preparar el segundo.

Como todo don recibido, en primer lugar, nuestra mirada se eleva a Dios, dador de toda gracia, por el hecho de haber permitido participar de este Colegio, cuyos fundadores –providencialmente- colocaron bajo el patrocinio de San Pedro, permitiéndonos de modo implícito honrar al primero de los Apóstoles sobre el cual Jesús “fundó su Iglesia” y prometió asistir directamente para no sucumbir ante el mal del error….”el poder del mal no prevalecerá contra ti”.


El don de Dios es una gracia inmerecida concedida por la grandeza de su amor. La palabra “kjarisma” (carisma) significa “don de gracia” aparece diecisiete veces en la Biblia e implica un regalo inmerecido, toda vez que los esfuerzos del hombre nunca llegan a los talones de la iniciativa divina.

El don de Dios no es otorgado para ser ocultado sino que tiene la doble finalidad de primero, alabar a Dios por quién es y por lo que hace, y segundo, para ayudar al creyente que firma parte de la comunidad de creyentes (1 Pedro IV, 10).  En consecuencia los festejos deben tener presente, de modo prioritario la grandeza de Dios, recordando  que el hombre y el hombre en sociedad tienen con fin dar gloria a Dios lo que “graciosamente” (gratis date) han recibido (San Mateo X, 8).

Entonces, nuestras diversas actividades y celebraciones durante este año jubilar no tendrán un adorno,  un plus, o un añadido religioso, sino que descubrirán su razón de ser al implementar “el motivo religioso” o “sentido espiritual” en cada acto, abriendo la mente y el corazón hacia el Dios de la gracia y hacia la gracia de Dios.

Si un logo institucional estará presente en los diversos escritos editados este tiempo, igualmente será el espíritu de gratitud y alabanza los que deberán permear las diversas actividades académicas, pastorales, benéficas, y espirituales que se programen. Siendo que es el Colegio el que celebra su primer Centenario, nosotros nos esforzaremos por hacer realidad la invitación que el Apóstol nos indica: “Todo lo que hagáis hacedlo en el nombre del Señor”.

Lo que cada de uno pueda aportar, respondiendo a la multiplicidad de carismas y dones dados por el Señor, darán el marco referencial preciso para que este Jubileo del Centenario de nuestro Colegio Saint Peter´s sea una oportunidad de verdadero crecimiento espiritual que repercuta en la mayor felicidad de cada uno de sus integrantes, llamados a vivir la vocación universal a la santidad en medio del ámbito escolar. Es aquí, donde debemos procurar que la vida como creyentes se note en las palabras, en las acciones y en lo que anida al interior de  cada corazón.  

Confiemos en la poderosa intercesión de nuestro Santo Patrono –San Pedro Apóstol- cuya debilidad atrajo la mirada del Señor, eligiéndolo desde la misericordia, para que invitado a confirmar en la fe a cada fiel bautizado, tengamos un jubileo de centenario lleno de gracia y virtud.

Padre Jaime Herrera González, Capellán saint Peter´s School Marzo 2018.







No hay comentarios:

Publicar un comentario